“A pesar de no ser nunca el definitivo, el primer amor perdura para toda la vida.”
Por ese primer amor que marcó tanto nuestra vida, nuestra existencia, ese primer amor que nos hizo comprender lo que era enamorarse, que nos hizo abrir los ojos ante la inmensa y mágica capacidad que tiene nuestro corazón para amar algo, para desear algo, para proteger algo.
Por ese primer amor que un día vino y nos tomó de la mano, que nos miró a los ojos y nos robó el alma, ese amor de la infancia o de la adolescencia, que nos enseñó la inocencia del querer sincero, sin vanidades ni intereses, sin malos sentimientos.
Por ese primer amor que nos enseñó de besos, a base de intentos torpes, pero tiernos, ese primer amor que quizá nos sacó más de una lágrima, por alguna tontería, que en ese entonces pareció la mayor de las atrocidades.
Por ese primer amor, que así como llegó, se marchó de la nada, para nunca más volverse a aparecer en nuestro camino, aquél primer amor que hasta el día de hoy seguimos recordando, ese primer amor del cual quedaron muchas preguntas, muchas dudas e incertidumbres, ese primer amor que de vez en cuando retorna a nuestra mente y nos hace pensar "¿qué pudo haber sido de nosotros?"
Sí, de ese primer amor les estoy hablando, primer amor que ya no está, pero que por siempre vivirá en nuestros recuerdos, primer amor que todos recordamos, porque todos lo vivimos, ese primer amor que nuestro corazón juró no olvidar.
¿Recuerdas su nombre? ¿su rostro? ¿el brillo de sus ojos? ¿su aroma? ¿su voz? yo sí, o eso creo. Amor de niños, amor de siempre, fusión de inocencia que anheló más que amistad, así fue mi primer amor.
-AdriannaRossi.-
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