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LaIslaDeLosBlogs

La frase...

"Te lamentas continuamente de cosas que dejaste de hacer o que hiciste mal en el pasado, como si eso sirviera ahora de algo. ¿Por qué no te perdonas y aceptas que hiciste lo mejor que sabías en cada momento y lugar?, tienes derecho a evolucionar."

viernes, 3 de enero de 2014

Todo tiene su tiempo.

"Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del sol, tiene su hora." Eclesiastés 3:1

Tantas veces a lo largo de mi vida me repitieron la típica frase: "todo tiene su tiempo." Probablemente siempre creí entender lo que me decían, muchas veces lo acepté, pero muchas más lo tomé como una excusa que los demás me decían para frenar mis intentos de conquistar mis sueños y volar alto.  Probablemente fué hasta este día que comprendí la complejidad y gran verdad que se esconde tras este dicho. 

Es cierto que todo tiene su tiempo justo e indicado. Así como existe una hora establecida para dormir y otra para despertar, así como organizamos nuestras comidas del día, y nuestras responsabilidades, el destino también tiene su propia agenda, y aunque suene frustrante, nosotros no podemos hojear lo que  nos tiene preparado. 

Pasamos tanto tiempo anhelando las cosas que no podemos tener, nos frustramos y enojamos, nos torturamos deseando cosas que por el momento quizá sean imposibles, y el destino que se caracteriza por la ironía, siempre termina dándonos aquello que tanto soñamos cuando nos aburrimos de esperarlo.

La vida tiene un ciclo, un maravilloso, incomprendido, pero justo y exacto ciclo; Nada en nuestra vida pasará sin una razón específica. Al final nos daremos cuenta de que la espera siempre termina valiendo la pena. 

Ahora me doy cuenta de que si antes hubiese seguido mis impulsos y hubiera ignorado las palabras de quienes me amaban, probablemente estaría hundida, perdida, sin nada ni nadie. Probablemente hace mucho que me hubiese dejado consumir por los vicios, probablemente las malas amistades me hubieran arrastrado a un callejón sin salida... 

Muchas veces anhelé huír de casa, escapar lejos con mis amores, y vivir la vida a mi manera: sin pensar, sólo dejándome llevar, disfrutando el momento sin preocuparme por el mañana. 

Muchas veces pretendí saberlo todo, pretendí ser invencible, ser omnipotente. Muchas veces me creí más lista que mi madre, me pensé autosuficiente. Muchas veces de verdad sentí que "no necesitaba de nadie."

¡Cuantas veces me dieron ganas de dejarlo todo!, los estudios, la familia, las ambiciones de un buen futuro... quise escapar de las responsabilidades, de las expectativas que los demás tenía hacía mí.  Quisé morir, por pura y simple cobardía. Le temí a la adultez, a las responsabilidades que implicaban vivir en este mundo tan pautado y medido. Temí no ser suficiente, no poder con todo. Desconfié de mi, no me creí capaz. Quise dejarme morir, quise esconderme del mundo, huír lejos, no importaba adónde siempre y cuando fuera lejos.

Quizá fue suerte o verdadera bendición, pero por alguna razón, pese a tanto querer nunca me alejé del buen camino... obedecí, escuché a mis padres, a las personas que me querían. 

Ahora estoy aquí, con una carrera universitaria que me encanta, rodeada de buenas amistades, de una familia que me apoya incondicionalmente, y un novio que me ama y me cuida siempre. Estoy aquí, tejiendo planes para mi futuro, pensando en un matrimonio, en búsqueda de un trabajo, adquiriendo nuevos conocimientos día con día... estoy aquí, convirtiéndome en eso que exactamente todos querían que fuera: una mujer realizada y correcta, una profesional, una esposa, una madre...

Sí, quiero obtener mi título universitario,  trabajar día con día, casarme con el hombre al que amo, comprar nuestra casa, tener hijos... eso tan típico es lo que ahora ha tomado la forma de mi felicidad; Podrá sonar a conformismo, pero sin darme cuenta terminé enamorándome de lo que los demás querían que fuese, pero puedo decir con toda la certeza del mundo que es por mí,  no por nadie más, ¡yo lo quiero, yo lo anhelo, yo lo sueño!.

Aveces la mejor de las decisiones es simplemente someterse, escuchar a los demás... madurar toma su tiempo, y mientras no estemos seguros de que ya lo hemos hecho, más nos vale ignorar nuestros impulsos, y seguir con lo pautado por la sociedad. Es fácil salirse del camino, es fácil equivocarse, pero es todavía más fácil mantenerse a salvo, basta con escuchar a nuestros padres y no salir de casa.

Hace tres años le dije a gritos a mi madre que ya no la soportaba, que quería irme lejos y no volverla a ver; Le dije que estaba enamorada, que me quería casar y que iba a estar bien, que no la necesitaba. Mi mamá no me tomó en serio, sólo cayó y esperó a que la rabieta se me pasara. Me enojé, me sentí humillada... es terrible que te ignoren, que te traten como a una niña y no tomen en serio tus palabras. Ahora comprendo que para ese entonces verdaderamente era una chiquilla y actuaba como tal.

Ahora hablo con mi madre... le hablo de hacer mi vida, de casarme y tener mi propia familia, y ella me escucha. Escucha a su hija hablándole como una mujer, con los pies puestos en la tierra. Mi madre me escucha, y me apoya. 

La vida tiene su ciclo, y para cada cosa hay un tiempo... Y al final de esos tiempos, lo que verdaderamente importa es que podamos leer la historia de nuestra vida y nos sintamos satisfechos con ella. 

Pese a tantos tropiezos y dudas, aquí voy... por el mejor de los caminos.

-AdriannaRossi.-






jueves, 2 de enero de 2014

Propósitos de año nuevo.

Seamos jóvenes o viejos, todos hacemos alarde por igual de nuestro alzheimer, cuando de propósitos de año nuevo se trata.
Comenzamos un nuevo año,  un 2014 que todos esperamos traiga cosas buenas.
Siempre que iniciamos un año, lo hacemos llenos de expectativas, planteándonos muchas metas, los famosos "propósitos de año nuevo."

Vemos al nuevo año como una nueva oportunidad para ser mejores personas con quienes nos rodean, para ser mejores estudiantes y profesionales, para mejorar nuestro aspecto físico y comenzar a vivir una vida más saludable... en general buscamos tener una mejor calidad de vida, en todos los aspectos posibles.

Pese a tantos falsos profetas que han jurado en años anteriores que el mundo acabaría, aquí seguimos, vivitos y coleando (y sí, nos seguimos acabando al mundo por nuestra falta de conciencia), pero al fin y al cabo, aquí estamos. Bien dicen que cada nueva vida que llega al mundo es la viva muestra de que Dios aún sigue teniendo esperanza en  nuestra humanidad (y yo diría que mucha, tomando en cuenta la sobrepoblación que se vive en tantos países.) El mundo no terminó en el 2012, ni en el 2013, hemos llegado al 2014, y vale la pena detenernos un segundo y reflexionar si verdaderamente somos dignos de seguir aquí.

Como decía antes, solemos ver el comienzo de cada año como una oportunidad de mejorar, pero generalmente esa motivación y expectativa se pierde a las pocas semanas de iniciado el año, y terminamos cayendo en la rutina y el sedentarismo, siendo exactamente iguales que el año anterior, cometiendo los mismos errores, profesando las mismas malas costumbres, nos seguimos equivocando, tropezando una y otra vez con la misma vieja piedra.

¿Por qué?, si tenemos la voluntad, es seguro que tenemos el potencial y la capacidad de ser mejores, simple y sencillamente parece que olvidamos lo que queremos; Seamos jóvenes o viejos, todos hacemos alarde por igual de nuestro alzheimer, cuando de propósitos de año nuevo se trata.

Comenzamos el año queriendo rebajar las libras de más ganadas en diciembre, y a las alturas de febrero nos damos cuenta que hemos duplicado esas libritas sobrantes.

Comenzamos el año queriendo mejorar nuestras notas y rendimiento académico, y a mediados de ciclo nos damos cuenta que ni sacándonos 20 en los exámenes lograríamos aprobar las materias.

Comenzamos el año buscando ser mejores profesionales, y sin embargo desde ya vamos pensando en las excusas que pondremos para conseguir una incapacidad laboral y unos cuantos das de descanso.

Las cosas no cambian porque nosotros seguimos actuando exactamente igual, siempre. Si queremos resultados diferentes, es necesario que comencemos a comportarnos de manera diferente. Es necesario que corramos riesgos y salgamos de nuestra zona de confort, que nos atrevamos a tomar decisiones, que dejemos de caminar inseguros, y comencemos a correr en busca y encuentro de esos propósitos que durante tantos años nos hemos prometido.

Cada fin de año, cinco minutos antes de las 12:00AM nos encontramos repitiendo los mismos propósitos de hace una década, porque simple y sencillamente jamás los hemos cumplido.

Que este 2014 sea un año de cambios reales, y no sólo de sueños y fantasías que quedaron en el aire. Todo se trata de nosotros, todo está en nosotros, en nuestras manos y nuestra mente, en nuestras ganas y nuestra fuerza de voluntad. Tenemos el poder de cambiar y mejorar nuestras vidas; Ante nosotros se encuentran 363 das, 363 páginas en blanco, vírgenes, esperando ansiosas por nosotros; Podemos hacer de ellas el más motivador y excitante de todos los libros, o simple y sencillamente otra obra mediocre más que se añade a la colección. 

Sí, el 2014 puede ser nuestra obra maestra, y si de verdad lo queremos, lo será.

-AdriannaRossi.-