Blogger news

gadgets para blogger
LaIslaDeLosBlogs

La frase...

"Te lamentas continuamente de cosas que dejaste de hacer o que hiciste mal en el pasado, como si eso sirviera ahora de algo. ¿Por qué no te perdonas y aceptas que hiciste lo mejor que sabías en cada momento y lugar?, tienes derecho a evolucionar."

domingo, 10 de noviembre de 2013

Una persona muy especial.

Hace un par de semanas, murió una primita mía... desde entonces he tenido la intención de escribir sobre ella, pero hasta ahora he tenido la oportunidad. 

Sí, la muerte es parte fundamental e inevitable de la vida: todos nacemos condenados a morir, tarde o temprano, así es. Pues básicamente mi prima nació condenada a morir, sin saber lo que era verdaderamente vivir. Se llamaba Karla, y nació bajo una condición muy lamentable, que la sentenciaba a pasar sus días postrada en una cama, sin poder caminar, ver o comunicarse. El único sentido que mi prima tenía sano y bastante desarrollado era el de la audición. 

Cuando mi prima nació, los médicos le dijeron a mi tía que difícilmente su hija lograría sobrevivir diez años, y anteriormente dentro de mi familia había habido un caso así, en el que la niña sólo había vivido hasta sus seis años. Aunque las palabras de los médicos fueron crudas, mi tía no se rindió, e intentó sacar a su hija adelante. 

En plena guerra civil en mi país, mi tía y mi abuela llevaban a la pequeña niña en brazos, a que le hicieran terapias en sus piernas y manos, teniendo la esperanza de que la calidad de la niña mejorara aunque sea en poco; Así lo hicieron hasta que un día una de las mismas terapeutas (una muy insensible por cierto), le dijo a mi tía que dejara de perder su tiempo y gastar sus energías, que la niña no progresaba, y que muy probablemente jamás lo haría. Decepcionada, mi tía se resignó, y se limitó a cuidar a mi prima de la mejor manera que pudo.

Y así pasaron los años... rara vez podía ver a mi prima, usualmente mi tío la llevaba en brazos cada navidad a la casa de la abuela, que es donde toda la familia se reune año con año a celebrar esas fiestas. Apenas lograba ver escasos segundos a mi prima, en lo que mi tío la cargaba desde el microbús hasta una habitación aislada de la casa, ya que debido al desarrollado sentido del oído que tenía mi prima, la música, las voces y la pólvora que se reventaba afuera, solía alterarla mucho. 


Recuerdo que de pequeña, en esas navidades, solía escabullirme al cuarto donde tenían a mi prima, y en el mayor de los silencios, me recostaba en la cama que estaba contigua a la suya... nunca fui demasiado sociable, y a mi también me alteraba un poco el bullicio de la gente. Estar con mi prima me transmitía un alto grado de paz. 

Aveces de la nada, ella sonreía y se carcajeaba descontrolada, volteando sus ojos en blanco hacía el techo, como si estuviese viendo algo maravilloso, su rostro se iluminaba y era verdaderamente agradable verla. 

Otras veces se estresaba, quizá porque escuchaba sonidos que no le gustaban, se alteraba y comenzaba a golpearse descontroladamente en la cabeza... llegaba al punto en que se desangraba las manos, y a mis tíos no les quedaba más remedio que amarrarle los puños, para evitar que se hiciera daño. 

Aunque tengo muy pocos recuerdos de mi prima, los que tengo, los tengo muy presentes y claros. 

Mi prima desafió los diagnosticos de los doctores, y se podría decir que se convirtió en un verdadero milagro; No vivió seis, ni diez años... vivió 38 años, y en esos 38 años se ganó el corazón de todos aquellos que pudimos conocerla. 

Aunque tenía 38 años, para mi (y para todos en la familia) ella siempre fue una niña, y es que verdaderamente lo fue. Murió con un alma, un cuerpo y una mente pura... con una pureza que muy pocos logran concebir. 

Su partida nos tomó por sorpresa, y verdaderamente quebrantó a mi familia, pero al mismo tiempos nos unió mucho... Definitivamente es en los momentos difíciles, cuando verdaderamente se muestran los sentimientos e intenciones de las personas; Y si hay algo que caracteriza a mi familia, es que pese a algunas diferencias que hemos tenido, somos una familia demasiado unida, con un profundo sentido de amor fraternal, bien inculcado por mis abuelos.

El pasado 2 de noviembre, como ya es tradición en la familia, fuimos todos a enflorar a nuestros familiares difuntos... Llevamos un canopy, y todo lo necesario para desayunar ahí, alrededor de las tumbas de mi abuelo, mis tíos, mi primo, y ahora mi prima Karlita. Generalmente pagamos a unos niños que merodean el cementerio, para que limpien las lápidas y planten las flores, pero este año fue diferente... en familia nos unimos, y ensuciando nuestras propias manos, abrimos uno por uno los hoyos, y plantamos las flores que llevamos. Las tumbas quedaron preciosas; Rodeamos la lápida de Karlita con flores rosadas, color quinceañera... cuando terminamos y vimos el resultado de nuestro esfuerzo, la sensación fue maravillosa. 



Sí, me ensucié las manos, la ropa, y me quemé y sudé terriblemente, pero no cambiaría esa sensación por nada del mundo.

Espero no haberlos aburrido con esta entrada tan personal... pero verdaderamente necesitaba escribir sobre mi prima; Y es que aunque tengo bonitos recuerdos de ella, hubiese deseado tener más, pasar más tiempo con ella, pero ahora ya de nada sirve lamentarse, más vale recordar esos pocos, pero bonitos momentos que pasé a su lado.

Lo que puedo concluír de esto, es precisamente eso: apreciemos a nuestros seres queridos, y valoremolos en vida; No dejemos que las diferencias y los orgullos nos alejen de nuestra familia ni de nuestros seres queridos... quizá después nos arrepintamos y lamentemos, cuando ya sea demasiado tarde para recuperar todo el tiempo perdido.

Nadie sabe lo que tiene, hasta que lo pierde.

-AdriannaRossi.-

domingo, 20 de octubre de 2013

Mi "Yo" del pasado.

¿Por qué conformarse con un Blackberry 8520 cuando se puede tener un iPhone 5s?
¿Adónde estoy? ¿hacia adónde voy?...  todos nosotros nos hemos cuestionado eso más de alguna vez en nuestras vidas. 

Ésta tarde me metí a revisar mi facebook, y me dí cuenta que habían publicado unos vídeos de un par de años atrás, cuando recién iniciaba mi vida universitaria. 

Es increíble ver vídeos de cosas que hiciste antes... no es lo mismo ver una fotografía a ver un vídeo, una fotografía captura un instante, una expresión... una fotografía fácilmente puede mentir, si es que tenés la suerte de que capturen tu mejor ángulo en el instante correcto; Sin embargo en un vídeo no sólo te ves, también te escuchas, revives el momento completo, te reencuentras con tu "Yo" del pasado.

Ahora hice precisamente eso, me reencontré con mi "Yo" del pasado, y no fue nada agradable. Mi "Yo" del pasado solía ser bastante inmaduro e irresponsable, solía ser demasiado incorrecto, y hasta cierto punto bastante estúpido... Mi "Yo" del pasado me hizo perder muchas cosas buenas y valiosas, entre ellas la más invaluable de todas: el tiempo.

Ése tiempo que tan gustosamente perdí, ese tiempo que ya jamás regresará, ese tiempo que dejé morir es lo que más le reprocho a mi "Yo" del pasado. 

Mi "Yo" del pasado tomó muchas malas decisiones (demasiadas tal vez)y aunque en su momento todo pareció "divertido" e "inofensivo", hoy en día esas malas decisiones e infinitas tonterías me pasan factura.

Gracias a mi "Yo" del pasado desperdicié dos años completos de mi vida, haciendo absolutamente NADA; Gracias a mi "Yo" del pasado boté dos años de carrera universitaria a la basura, ya que en dos años, no logré sumar más de seis materias aprobadas. Gracias a mi "Yo" del pasado mi salud se afectó, víctima de los vicios. Gracias a mi "Yo" del pasado regalé mucho dinero a causas muy poco favorables y altruistas. Gracias a mi "Yo" del pasado dejé ir muy buenas amistades, y me rodeé de malas influencias, gracias a mi "Yo" del pasado lastimé a quienes más quería, quienes más me amaban...

Gracias a mi "Yo" del pasado perdí muchas oportunidades, indudablemente.

Sin embargo (y como muchos sabrán) yo tengo una filosofía de vida muy certera, que practicamente se puede aplicar a cualquier situación que imaginen, y ésta es que nada en la vida es absoluto, todo es relativo. 

No todo fue malo, y aunque mi "Yo" del pasado cometió muchos errores, también aprendió las lecciones necesarias de ellos. Mi "Yo" del pasado supo decir YA BASTA, y tomó el coraje necesario para alejarse. Mi "Yo" del pasado estuvo dispuesto a morir, para dar paso a una versión mejorada de si mismo, una versión más madura, más inteligente, y más dispuesta a hacer lo correcto, lo necesario para reinvindicarse.

Sí, es cierto que a lo largo de nuestra vida hemos cometido, cometemos y seguiremos cometiendo infinidad de errores, pero es precisamente a base de esas equivocaciones y malas decisiones que con el tiempo "vamos evolucionando."

El ser humano es el único ser verdaderamente racional (aunque aveces parezca contradictorio), somos los únicos capaces de enmendar nuestros errores con plena conciencia. 

Nuestra vida es una verdadera carrera de obstáculos, estos obstáculos a menudo vienen disfrazados de tentaciones en infinidad de formas y con infinidad de nombres... Es imposible no caer nunca, más tarde que temprano terminamos mordiendo el anzuelo, y terminamos lastimados, heridos, derrotados; A partir de ese punto es en dónde verdaderamente tomamos el control, y podemos elegir entre seguir equivocándonos y jamás levantarnos de ése pozo en el que nos encontramos, o aprender de nuestros errores y vivir de una forma más cautelosa e inteligente.

Hay un dicho muy popular que mi abuelo solía repetir:
"Más sabe el diablo por viejo que por diablo." 

Es cierto, las personas más ancianas suelen ser consideradas las más sabias, pero no son las canas las que les dotan de sabiduría, sino todos esos años de experiencia en "caer y levantarse", todas esas equivocaciones y lecciones aprendidas a lo largo de toda una vida. Parecerá contradictorio, pero entre más nos equivocamos, más aprendemos.

Viéndolo desde éste punto, aprendí a querer y atesorar más a mi "Yo" del pasado, que sí bien es cierto, cometió muchos errores y perjudicó mucho mi vida, fueron esos errores los que me convirtieron precisamente en lo que ahora soy. Mi "Yo" del pasado jamás fue malo, simplemente hizo lo mejor que pudo en su momento, con su poca experiencia y su abismal inmadurez.

Aún me queda un larguísimo trecho por recorrer, y esto lejos de intimidarme me entusiasma. Estoy consciente de que me equivocaré muchas veces, sé que las caídas me dolerán y que probablemente al final del camino mi cuerpo esté lleno de cicatrices, pero al igual que el soldado que va a la guerra y regresa, mis cicatrices serán mi orgullo, mis trofeos, la prueba firme de que me enfrenté a las situaciones más adversas, y las sobrellevé. 

No importa cuan joven o viejo se sea, uno jamás deja de aprender, siempre habrá un antes y un después, siempre se podrá ser mejor que el "Yo" del presente, por mucho que creamos haber superado nuestro "Yo" del pasado. El secreto se encuentra en jamás conformarse.

Volviéndo a la pregunta del principio: ¿Adónde estoy? ¿hacia adónde voy?..

Ahora mismo me encuentro muy lejos de mi "Yo" del pasado, y eso me enorgullece... Lucho constantemente, día con día para alejarme lo más que se pueda de mi "Yo" del presente, y acortar la brecha entre éste y mi "Yo" del futuro, una versión mejorada de quien soy precisamente ahora.

¿Por qué conformarse con un Blackberry 8520 cuando se puede tener un iPhone 5s? 

-AdriannaRossi.-

martes, 15 de octubre de 2013

Amores de antes... ojalá regresaran.

Antes no había facebook chat, ni whastapp, ni BBM, en la mayoría de los casos nisiquiera había teléfono... si él/ella de verdad te amaba, se rebuscaba para comunicarse contigo...
¡Que bonito!, bonito es el amor, amar y ser amados. El amor es una de las fascinaciones más grandes del ser humano, hasta cierto punto un mito que todos intentamos comprobar. 

Andamos por la vida en busca de nuestro amor perfecto, en busca de ese cuento de hadas, príncipes y princesas, en que la última página diga "y vivieron felices para siempre."

No buscamos un final feliz, porque no queremos que nuestra historia tenga un final... simple y sencillamente queremos encontrar un "Para siempre."

Desde muy niñas/os se nos ha bombardeado con esas historias fantasiosas y utópicas en las que el apuesto, galante y valiente príncipe encuentra a su princesa soñada, impregnada de dulzura y pureza, dispuesta a amarle para siempre.

Las mujeres buscamos a un príncipe azul, y los hombres buscan a una princesa llena de valores. Buscamos esos amores "a la antigua", esos amores que se construyen con bases de respeto,  de responsabilidad, de compromiso y fidelidad. Buscamos amores incondicionales, buscamos que todo sea un cuento de hadas, una película del hollywood de oro.

Esperamos que nuestro chico toque a la puerta con un ramo de rosas y una caja de bombones en forma de corazón... y ellos esperan que su chica le consuele cuando falla, vaya y le aliente en sus partidos de fútbol, le cocine rico y lo cuide si se enferma. 

Es irónico, pero eso que nuestros abuelitos dicen de "en mis tiempos era mejor..." sí se aplica para las cosas del amor. 

Antes, aunque la sociedad era un poco machista, los valores estaban primero. Antes si contraías matrimonio con una persona, era hasta que la muerte los separara. Antes un hombre se alarmaba si una mujer le confesaba que "ya no era virgen", y la virgnidad se valoraba lo suficiente como para esperar a que llegara ésa persona indicada.

Antes no había facebook chat, ni whastapp, ni BBM, en la mayoría de los casos nisiquiera había teléfono... si él/ella de verdad te amaba, se rebuscaba para comunicarse contigo, te escribía cartas, o llegaba a hurtadillas hasta tu ventana para decirte esas "cursilerías" que te hacían sentir la mujer/el hombre más importante del mundo.

Ahora te responden un "Te amo" con un simple y mudo "Yo también."
Ahora los besos ya no sonrojan las mejillas, pero sí te llevan a la cama. Ahora las personas encuentran al amor de su vida cada tres meses, y aquella muy sonadita "prueba de amor" parece ser una especie de comida rápida, puedes llamar y te la llevan hasta la puerta de tu casa en menos de 30 minutos.

Ahora ya nadie valora los sentimientos, sino la calidad del sexo. Los hombres buscan una mujer con busto pronunciado y cintura estrecha, mientras que las mujeres juzgan la calidad del hombre según el tamaño de lo que lleva entre las piernas.

Si una mujer llora por amor, se le llama "mosca muerta", si un hombre llora por amor se le llama maricón.

Si una mujer busca serle fiel a su pareja, todos buscan meterle en la cabeza que tarde o temprano éste la dejará, y siempre es de inteligentes tener un sustituto. 

Si un hombre se propone serle fiel a su pareja, todos sus amigos se propondrán hacerle fracasar en su cometido, hiriendo su ego de hombre, llamándole homosexual... Sí, si un hombre tiene una mujer en frente y no intenta nada, ya no se le considera un hombre respetuoso, sino un homosexual.

¿Adónde quedaron los caballeros y las damas de antes?, si hoy en día ya no es necesario tener relaciones sexuales con una mujer para verla desnuda... practicamente las mujeres se pasean por las calles casi que desnudas. 

Antes las personas se ponían sus mejores trajes para ir a "un baile" y cortejar a su amada; Hoy en día entre menos ropa mejor, y aquellos gloriosos bailes de salón han sido olvidados, lo de hoy en día es "perrear."

El amor es bonito, hermoso, y sí existe, claro que sí... el problema es que aquellos que somos románticos empedernidos, solemos sentirnos como un pez fuera del agua dentro de ésta sociedad. Parece que nacimos en el tiempo equivocado, donde ya nadie valora los sentimientos sinceros y la belleza del corazón. 

Ojalá los amores de antes regresaran... ojalá los valores de antes se retomaran. 

Claro, hay que ser realistas y reconocer que desearlo no cambia las cosas, sin embargo es bonito soñar que las cosas pueden ser mejores ¿no?

Sin embargo no todo está perdido, la lógica es simple: Mujer, si quieres encontrar a un verdadero caballero, compórtate como una verdadera dama. Hombre, si quieres encontrar a una verdadera dama, compórtate como un verdadero caballero.

Es fácil... si queremos que nos amen, primero debemos amar; Si queremos que nos respeten, primero debemos respetar; Si queremos que nos valoren, debemos aprender a valorar.


Nuestra sociedad parece perdida, parece que ya no hay retorno ni arreglo, sin embargo la fe es lo último que se pierde, y el cambio comienza por uno mismo.

Convirtámonos en verdaderas damas y en verdaderos caballeros, y así recuperemos el sentido del amor... atrevámonos a experimentar y vivir uno de esos "amores de antes."

-AdriannaRossi-

Poniéndonos al día...

Ustedes como comunidad bloggera saben que tienen un lugarcito exclusivo e impenetrable en mi corazón, y siempre los tengo presente. 
Sí, lo sé, me pierdo mucho, tardo bastante en contestar comentarios y no los contesto todos, y pareciera que ya no le presto la atención de siempre a mi blog, pero esto no es cierto.

Como muchos sabrán, me encuentro en una etapa sumamente difícil académicamente hablando, la universidad consume gran parte de mi tiempo, sin embargo siempre que puedo me doy una escapadita del resto de mis responsabilidades y entro a éste rincón a desahogarme.  

Quisiera agradecerles a ustedes, por siempre seguir leyéndo y comentando mis entradas, aunque yo probablemente ya no les retribuya el gesto tan amenudo como desearía. 

Ustedes como comunidad bloggera saben que tienen un lugarcito exclusivo e impenetrable en mi corazón, y siempre los tengo presente. De hecho en mi día a día siempre trato de vivir de la mejor manera posible, y suelo filosofar y reflexionar mucho sobre cada pequeño detalle que me topo en el camino, siempre ando buscando esa "inspiración" en las cosas, para posteriormente poder escribir algo que les llegue al corazón, les oriente, les ayude o les motive, aunque sea en poco.

Es muy grato para mi ver que cada vez son más los que me leen, eso me hace pensar que definitivamente "algo estoy haciendo bien", no sé exactamente qué, pero para no arriesgarme, trataré de seguir por éste camino en el que vamos.

Me han hecho algunas preguntas a cerca del diseño de mi blog, al parecer les ha gustado y eso me hace sentir muy satisfecha... Para poder responder y ayudarles si buscan algún script o tienen alguna pregunta específica en cuanto al diseño del blog, pueden escribirme a mi correo: adriiana.015@hotmail.com, y con gusto les estaré respondiendo y ayudando.

Muchos me han preguntado sobre las ilustraciones que suelo poner en mis entradas, aclaro que no son de mi autoría (ya quisiera yo, jajaja), sin embargo les recomiendo mucho a Valfre, es una maravillosa ilustradora, con un gran talento, que sin duda alguna les encantará.

De paso también quisiera agradecer publicamente a La Isla de Los Blogs, quienes el sábado pasado postearon una entrevista que me habían hecho, me hagala mucho que me hayan tomado en cuenta, y me sorprendío la profesionalidad con la que realizan sus entrevistas y reseñas... un blog muy recomendado, sin duda.

Si quieren leer la entrevista,les invito a dar click AQUÍ.

También quisiera agradecer a Shenia, quien me ha otorgado un premio super especial en su hermoso blog http://losasesdelabaraja.blogspot.com/ ... recomendadísimo, los invito a visitarle.

Y bueno, sólo me queda disculparme con ustedes si he dejado de leerlos últimamente, o responder a todos sus comentarios, espero comprendan que el tiempo no me ha dejado, pero que siempre estoy pendiente de lo que escriben y postean, soy una especie de espía, que no se deja ver pero que ahí está, jajaja.

Muchísimas gracias a todos los que siempre se toman el tiempo de leer cada desvarío que escribo, y de dejar sus preciosos y motivadores comentarios bajo mis entradas; También gracias a aquellos que comentan en mi página de Facebook, y me siguen en mi Twitter personal. 

Cualquier consulta o comentario, ya saben donde encontrarme, nos seguimos leyendo siempre.

-AdriannaRossi.-


Buenas decisiones

Quisiera armar mi maleta, dejar escrita una carta e irme...
Hay momentos en los que quisiera dejar de lado todo, enloquecerme, hacer lo impensable... simple y sencillamente quisiera marcharme lejos, donde nadie me vea, donde todos me desconozcan, ser una completa desconocida capaz de comenzar desde cero, una nueva vida sin responsabilidades ni aflicciones, una nueva vida en la que nadie espere nada de mi, en la que no me tenga que preocupar por complacer o cumplir las expectativas de otros.

Si hubiera nacido unas cuantas décadas atrás, probablemente hubiese sido de esas hippies que andan vagando por el mundo, filosofando sobre cosas que ninguno se detiene a pensar, predicando la filosofía en la que sólo importa el amor, la paz y nada más. Quisiera no haber nacido donde nací, en el momento en el que lo hice, quisiera poder haber elegido una manera de vivir más tranquila, menos exigente... pero no.

Nací en una sociedad en la que la vida no es vida, sino una carrera; En donde la competitivdad te la inculcan desde antes que aprendas siquiera a caminar. Desde pequeña fuí pensada y críada para ser "alguien en la vida", una profesional que viviría hasta sus últimos días trabajando... No trabajamos para vivir, VIVIMOS PARA TRABAJAR.

Fuí a los mejores colegios, tuve acceso a las mejores oportunidades, me dotaron de las mejores herramientas... Indirectamente me condenaron. 

¿Y ahora qué?, no se puede elegir. Nadie me preguntó qué era lo que quería, qué tipo de vida deseaba verdaderamente vivir, pero ya de nada me sirve lamentarme, porque tengo que concentrarme en el aquí y el ahora, y tengo que preocuparme por sobrevivir en esta sociedad en la que si te duermes un segundo, la corriente te arrastra y te pierde en el inmenso y fiero océano.

Quisiera armar mi maleta, dejar escrita una carta e irme... pero esa no sería una "buena decisión."

Tengo un plan de vida que debo de cumplir, un plan de vida que me promete grandes cosas, que me asegura un buen futuro. Tengo un plan de vida que indudablemente enorgullecerá a mis padres y a quienes me conocen, un plan de vida que hará de mi una persona respetada, una profesional de prestigio... Lo tengo, pero aveces quisiera olvidarlo y tomar otro camino.

¿Por qué?, quizá porque me siento aprisionada, quizá porque mi alma es demasiado salvaje para estar en cautiverio y regirse a un "plan."

Quizá soy rebelde, o quizá nací en el tiempo y en el lugar equivocado... podría decir muchos quizá, pero en el fondo y aunque me duela admitirlo, yo conozco perfectamente mi por qué... Seguir un plan de vida y regirse a éste no es fácil. ¿Y si fracaso? ¿y si no lo logro? ¿y si no soy lo suficientemente inteligente y talentosa? ¿y si las cosas salen mal?.. 

EL MIEDO es lo que me frena, el miedo a no lograrlo, el miedo a que mis sueños se queden únicamente en sueños y no se hagan realidad. 

Claro, el camino fácil es dejar de lado ese plan de vida tan estricto y correcto, y aventurarme a ver "qué pasa", pero esa no sería la decisión correcta... lo fácil cualquiera lo hace, y es por eso que son más aquellos que se quejan de sus vidas, que aquellos que se sienten realizados y felices; Porque siempre serán muchísimos más los que toman el camino fácil, que aquellos que optan por las cosas más complicadas. 

Es más fácil vivir el día a día, que plantearse metas y trabajar desde ya por un futuro... Pero el camino fácil jamás será una decisión correcta.

Es simple: si queremos buenas cosas (en cualquier ámbito en el que nos desenvolvamos) debemos de tomar buenas decisiones. Las buenas decisiones nos llevarán siempre por los difíciles, pero buenos caminos, y al final de estos caminos siempre nos esperarán buenas recompensas. 

Aveces únicamente nos hace falta un poquito de inteligencia y perseverancia... no dejemos que se nos nuble el camino por una mala decisión de un instante, velemos siempre por el futuro, uno bueno y enriquecedor.

Hay que tenerle miedo al camino fácil, y fe al camino difícil.

-AdriannaRossi.-




viernes, 11 de octubre de 2013

No fue fácil.

No fue fácil seguir creyendo cuando nadie creía, no fue fácil apoyarnos y confíar a ciegas en que sí se podía.

No fue fácil llegar aquí, adonde ahora estamos. Tuvimos que atravezar tormentas, levantarnos de incontables caídas, ignorar las heridas y soportar mil traiciones...

No fue fácil alcanzar lo que ahora tenemos, nos levantamos desde lo más bajo, construimos un sueño sin tener absolutamente nada dentro de nuestros bolsillos. 

No fue fácil seguir creyendo cuando nadie creía, no fue fácil apoyarnos y confíar a ciegas en que sí se podía.

No fue fácil encontrarnos, encontrar éste camino. No fue fácil tomar decisiones que a cualquiera confunden, y correr riesgos que la gente común jamás habría aceptado. Sí, tuvimos que arrastrarnos en determinado momento, y mendigar amor en éste mundo de cuervos. Estuvimos desnudos, hambrientos y con frío, y nuestra única compañía fue la vieja soledad.

No fue fácil soportar tantas derrotas y desalientos, tragarnos nuestro orgullo y esbozar una sonrisa. No fue fácil fingir que no importaba, que todo estaba olvidado, que estábamos bien cuando por dentro realmente moríamos.

El camino no fue fácil para nada, estuvo plagado de piedras y espinas, y no tuvimos ningún calzado con qué cubrirnos los pies. 

Pero bien dicen, que lo bueno y lo bonito cuesta, y nos costó pero aquí estamos, y al mirar atrás sonreímos...

Lo logramos, nuestras metas alcanzamos, ¡No fue fácil, pero se pudo!

-AdriannaRossi.-

jueves, 10 de octubre de 2013

10 de octubre.

Hemos dejado de ser niños, pero tampoco jugamos a ser grandes... somos adultos a medias, que redescubren la belleza del amor cada mañana y cada madrugada. 
Fue un diez de octubre que todo comenzó... así, de la nada, sin ser esperadas, sin ser pensadas ni planeadas, las cosas simple y sencillamente se dieron.  No fue el principio del fin, sino el fin del principio. Rompimos la rutina, nos deshicimos de las ataduras, de los miedos, de los complejos...  nos atrevimos a ir más allá, nos atrevimos a ir más lejos que nunca, nos entregamos por completo, y prenda a prenda, nos despojamos de todo.

En cuerpo y alma nos entregamos al otro, nuestros labios temblaban, y torpes pero decididos, nuestros cuerpos supieron conectarse, nuestras miradas supieron encontrarse y lo supimos: era el momento y el lugar, no había marcha atrás, eras tú, era yo, no había más... quizá fue el destino, o simplemente la ocasión se prestó, pero fuimos nosotros quienes decidimos que no sería un error.

Fue un diez de octubre en que te amé por primera vez... fuíste el primero, y me prometí que serías el último. Son de esas decisiones que marcan tu vida, de esos momentos que sólo se viven una vez, y no se pueden repetir.  Esa decisión quizá marcó el rumbo que tomaría mi vida, el rumbo que tomarían nuestras vidas convirtiéndose en una sola. Me amaste y te amé, y a partir de ese preciso momento ya nada más importó.

¿Qué es la virginidad?, más que un estado físico, es una atadura mental y sobrevalorada... una atadura de la que me deshice encontrándome contigo.  Mis labios se encontraron con los tuyos, y no pudieron resistirse, mis manos se perdían en tus cabellos, y las tuyas en mi cuerpo...  Ahí estabamos los dos, encontrándonos por primera vez, entregándonos por completo, amándonos como nunca, amándonos como siempre.

El sudor recorrió tu cuerpo, y se abrió camino por el mío... ya no supe adónde terminabas tú, ni dónde comenzaba yo, y de eso precisamente se trataba: de convertirnos en uno solo.

Aquél 10 de octubre del año que cambió mi vida, hoy lo recuerdo como la mejor decisión que he sabido tomar... Quizá fue el destino, o simplemente un golpe de suerte, pero no me cuestiono qué fue, no me pregunto cómo pasó...   lo disfruto y lo agradezco cada día, desde entonces y hasta ahora, desde entonces y hasta siempre. 

Desde aquél día, los 10 de octubre se han repetido varias veces a la semana, pero las cosas ya no son iguales, como todo en esta vida, con el tiempo todo cambia... 

Y es que ahora te amo más que nunca, y ahora me besas con más ganas; Ahora entendemos lo que hacemos, y verdaderamente lo valoramos. Hemos dejado de ser niños, pero tampoco jugamos a ser grandes... somos adultos a medias, que redescubren la belleza del amor cada mañana y cada madrugada. 

Ahora sé cómo encontrarte, conozco la manera y el lugar para tocarte; Conozco tus fantasías y tus miedos, sé cómo te gustan las caricias y cómo sacarte el aliento con un beso... Ahora no tengo miedo de perderme, pues sé que tú me cuidas y contemplas; Ahora no existen complejos ni tabúes... entre tus brazos encontré mi lugar ideal, y sé que ahí mismo, sobre tu pecho desnudo puedo morir, viajar al cielo y regresar.

Fue un 10 de octubre en el que comprendí el significado de esa vieja expresión sobre "hacer el amor."

-AdriannaRossi-

En la oscuridad.

Estando en la oscuridad aprendí que abrazándome a mi misma, podía entrar en calor.  Estando en la oscuridad aprendí que no necesitaba de nadie, que con mis propias manos podía secar mis lágrimas.
Sentir que caemos y caemos, y así seguimos cayendo en una especie de pozo sin fin... caemos, en medio de la nada, rodeados de oscuridad, no vemos salida, no vemos opción, seguimos cayendo, y aunque no sabemos cuando, sabemos que irremediablemente tarde o temprano tocaremos fondo, y en ese fondo no habrá ningún colchón que amortigue nuestra caída, cuando toquemos fondo será nuestro fin. Nos resignamos a esta idea y perdemos cualquier esperanza, simple y sencillamente aceptamos el más mediocre de todos los destinos, y desistimos de la idea de luchar y hacerle caso a nuestro instinto natural de supervivencia... nos dejamos morir.

Todos hemos pasado por esta desesperanzadora sensación, es nuestro pozo el que adopta diferentes nombres y formas. Para algunos su pozo podrán ser los estudios, quizá para otros los problemas económicos, familiares, la baja autoestima, los transtornos alimenticios, las depresiones, las rupturas amorosas, la partida de un ser querido, el abandono de quien amamos... un pozo puede adoptar infinidad de formas, pero sea cual sea la forma que adopte, hay algo que jamás cambiará si de pozos hablamos: la oscuridad.

¡Es tan difícil no dejarse vencer!, en esos momentos en los que sentimos que ya no hay nada que perder, porque no tenemos nada por qué luchar, nadie que nos apoye, nadie que nos cuide o siquiera se tome el tiempo de preguntar qué nos sucede, cómo estamos... no hay nada, no hay nadie.

Dicen que ahí está Dios, que él siempre está... sí, creer en Dios es bueno, es natural, yo misma creo en Dios, verdaderamente le creo real, sin embargo pienso en Dios como un ser espiritual y superior, que me ama, pero que al mismo tiempo es como un padre  que enseña a su hijo a andar en bicicleta: le engaña haciéndole pensar que en ningún momento le soltará, y cuando el niño mira hacia atrás, ya no está la mano del padre que le sostiene, y simple y sencillamente de manera inevitable se estrella, cae, se lastima y llora, y aunque el padre después le consuela, la herida ya está hecha, la sangre ya está derramada. Dios está ahí, pero su presencia no evita que las cosas pasen, no evita que duelan.

También dicen que ahí están los amigos... ¿adónde?, no lo sé, jamás les ví estar verdaderamente, únicamente les ví fingir que estaban, actuar como si les importara, pero su actuación era tan pobre que preferí pedirles que ni actuaran, que simple y sencillamente se alejaran.

También juran que la familia está, que la familia siempre estará, que la sangre jamás abandona... Es cierto, los lazos familiares son fuertes, siempre está presente ese "llamado de la sangre" que nos hace sentirnos comprometidos moralmente con los nuestros, sin embargo, aunque la sangre obliga a la presencia, no nos vuelve del todo compatibles, y muchas veces la familia es la que menos entiende, la que más reprocha y critica, la que más regaña y menos consuela.

¿Y el amor? sí, el amor ahí está, pero es un pájaro libre, un día viene y al otro se vá... por lo menos en la mayoría de los casos es así. 

Entonces ¿no hay nada ni nadie? no hay Dios, no hay amigos, no hay familia ni hay amores... Pero hay alguien que siempre estará, que irremediablemente se quedará hasta el final, y ese alguien somos nosotros mismos. 

¡Quien sabe contar consigo mismo, es la persona más poderosa del mundo! una persona imparable, segura, confiada, que sabe que puede llegar hasta donde se proponga llegar, porque las verdaderas paredes las levantamos nosotros mismos, nuestro peor enemigo somos nosotros mismos... y también podemos llegar a ser nuestro mejor amigo, nuestro mismo socio y aliado, el más poderoso de todos.

Estando en la oscuridad aprendí que abrazándome a mi misma, podía entrar en calor. 

Estando en la oscuridad aprendí que no necesitaba de nadie, que con mis propias manos podía secar mis lágrimas.

Estando en la oscuridad aprendí que bastaba cantar en voz alta para romper el ensordecedor silencio. 

Estando en la oscuridad aprendí que eran mis propias piernas las que me ayudarían a encontrar mi camino, que nadie más iría por la vida empujándome.

Estando en la oscuridad aprendí que yo era la que decidía en qué creer, en quién confiar, a quién buscar... yo decidía qué hacer y que no, qué decir y qué callar, yo decidía si amaba, si perdonaba, si daba segundas oportunidades o terminaba con todo.

Sí... soy yo, no es nadie más, no hay nadie más; Y cuando comprendí todo esto la oscuridad de mi pozo se volvió luz, y la caída dejo de ser caída y se convirtío en carrera: la carrera de mi vida, una carrera que implicaba autoconocerme, autorealizarme, porque me tenía a mi misma, tenía salud, educación e inteligencia de sobra... lo tenía todo. 

Así fue como aprendí a creer en mi misma, y a no esperar nada de los demás.

-AdriannaRossi.- 

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Cuando te enamoras...

Esa persona no se convierte en tu vida, va mucho más allá de eso; Te das cuenta que no dudarías ni un sólo segundo en sacrificar todo lo que tienes y eres, para mantenerle a salvo.
Y de pronto, sin aviso, cuando menos te lo esperas llega una persona, una persona con la que probablemente nunca soñaste, que despierta en ti sentimientos y sensaciones que jamás imaginaste. Esa persona llega, y en poco tiempo, ya ha cambiado por completo tu vida, todo ha dado un inesperado giro de 180°, las cosas no son como antes, nada es igual...

Comienzas a vivir de manera diferente, a pensar y actuar de manera diferente, comienzas a soñar cosas diferentes, tus pensamientos dejan de ser individuales, porque en cada plan y proyecto, en cada deseo y anhelo, está presente esa persona. Todo se trata de dos, dos que hasta cierto punto son uno.

Comienzas a dejarte llevar, y aunque estés llena de miedos, es algo que no puedes controlar: el amor te va ganando, el deseo irrefrenable de que todo funcione, de que todo sea perfecto, como lo sueñas y esperas. Te arriesgas y apuestas, le apuestas todo lo que tienes a esa persona, te la juegas por sus promesas y sus palabras, y confías en él, y en los hermosos sentimientos que ha sido capaz de despertar en ti.

Te das cuenta que, verdaderamente vives un sueño, un sueño que por muy utópico que suene, es tu realidad. Los días vienen llenos de sorpresas y experiencias inolvidables, y no puedes evitar sonreír siempre. Ves a esa persona y tu corazón se acelera, late a mil por hora, la respiración se entrecorta, tus pupilas se dilatan, y tus labios no se resisten: buscan desesperadamente sus besos. 

Te acostumbras demasiado a sus besos, sus caricias y su voz... se vuelven parte fundamental de tu diario vivir, y el sentimiento hasta cierto punto adopta la forma de una necesidad. Sí, puede sonar enfermizo, pero eso es lo que sientes, y es cuando te das cuenta que pasó lo que temías, lo que te advirtieron, de lo que tanto te cuidaste: estás a los pies de esa persona. Enamorada por completo, sometida a su voluntad. Te tiene entre sus manos, y aunque aparentemente no existen cadenas, tu corazón sabe perfectamente que ya no te puedes soltar.

Todo lo que haces, dices y piensas, va enfocado hacía esa persona... siempre buscas complacerle, y hacer lo mejor para ella, procuras su bien, por sobre el tuyo. Esa persona no se convierte en tu vida, va mucho más allá de eso; Te das cuenta que no dudarías ni un sólo segundo en sacrificar todo lo que tienes y eres, para mantenerle a salvo.

Ya no se trata de un noviazgo bonito, ni de una relación pasional... Ahora todo se ha convertido en un proyecto de vida, una inversión a largo plazo. Los estudios, los hábitos, las peleas, la sexualidad, las diferencias, los trabajos... Ya no se vive el momento, primero se piensa, y se hacen sacrificios que serán recompensados el día de mañana. 

Cada día que llega, se ve como una nueva oportunidad, procuras ser mejor para esa persona a toda costa. Ese hermoso y poderoso sentimiento te motiva a ser mejor, en todos los aspectos. Quieres convertirte en lo que él necesita, en lo que él se merece. Y pides a Dios su guía, pides sabiduría, porque te has dado cuenta de que has encontrado a esa persona con la que quieres pasar el resto de tus días... Quieres una vida a su lado, quieres realizar miles de proyectos de su mano, quieres hijos con él, una carrera, una historia completa, y no sólo un capítulo pasajero.

Es entonces cuando comprendes de qué se trata verdaderamente la vida... comprendes que sí, el ser humano "nace, crece, se reproduce y muere", y eso no es tan vacío, corto y aburrido como sonaba en la primaria...  Ves un universo de infinitas posibilidades a tus pies, de la mano de esa persona tan maravillosa y especial, tienes ganas de comerte al mundo junto a él/ella, y sabes que lo pueden lograr.

Y luchas, luchas con todas tus ganas, con todas tus fuerzas... luchas y te esfuerzas como nunca, porque estás más motivada que siempre.  Encontraste una razón, una razón  verdadera, una razón que te inspira y te motiva a dar lo mejor de ti cada día, no sólo para una persona, sino para el mundo entero.

Verlo a los ojos, y mirar pasar por ellos toda la vida que sueñas junto a él, en una fracción de segundo. Besar sus labios, y sentir como el calor de los cuerpos se fusionan, y como tu corazón late desesperadamente, buscando salirse de tu pecho, y correr hacia sus brazos. Escuchar su voz, y no poder evitar que se te salgan los suspiros. Estar a su lado, completamente en silencio, y romper en llanto de la nada, porque simple y sencillamente el sentimiento es tan inmenso, y la felicidad es tan total, que ya no te cabe dentro... llorar de felicidad, eso no tiene precio.

Es increíble todo lo que puede lograr, un inocente, fantasioso, y mágico sentimiento, es increíble todo lo que puede pasar, cuando una persona se enamora.

-AdriannaRossi.-

jueves, 5 de septiembre de 2013

No tuve un padre, y sobreviví.

Mi corazón se llenó de odio y amargura, creo que cuando una persona se siente rechazada y abandonada, eso termina pasando, convertimos el dolor en odios y sentimientos oscuros. 
Mi reflexión "A ti, padre ausente" tuvo mayor impacto del que jamás imaginé... es sorprendente ver cuantas personas se identifican y conmueven al leerla,  cuantas han crecido sintiendo eso mismo que yo sentí: el rechazo y abandono de un padre, y el inevitable resentimiento hacia él. 

Probablemente no haya podido responder a cada uno de los comentarios, correos, mensajes y publicaciones que me han dejado, pero he leído cada palabra, y me ha llegado al corazón.  

"A ti padre ausente" se ha convertido en la publicación más leída de mi blog, vista 10461 veces... muchas personas han compartido sus historias conmigo, me han dado consejos, y me los han pedido. 

Pues bien, decidí escribir un poco más sobre este sentimiento, y esta "carga" que he llevado a lo largo de los años...

En la fortuna y lotería de la vida, el destino me escogió a mi, para nacer como fruto de la unión de dos personas: una mujer aguerrida, inteligente, profesional, valiente, bella y sumamente capaz, y su contraparte, un hombre mediocre, cobarde, torpe, violento, mentiroso e hipócrita. 

Con el tiempo, tantas diferencias fueron imposibles de sobrellevar, mis padres se separaron... un par de días después, mi padre ya estaba acompañado nuevamente, destruyendo la vida de otra mujer, y condenando el futuro de sus prontos hijos, mientras mi madre, por su parte buscaba la manera de sacarme adelante, veía la forma de que no me faltará nada, sin importar el sacrifico que esto implicara. 

A muy temprana edad me diagnosticaron una cardiopatía muy grave, que de no ser tratada, inevitablemente me causaría la muerte. Los doctores básicamente le dijeron a mi mamá: "la niña necesita ser sometida a una cirugía de corazón abierto, de no ser sometida en los próximos dos meses, morirá."

Tenía yo 14 meses de vida, aunque parecía de cinco, debido a que, por mi cardiopatía, mi cuerpo no lograba nutrirse y desarrollarse con normalidad.

Prácticamente me había condenado a la muerte... los médicos sabían que la situación de mi mamá era la de "madre soltera", y muy joven también. La operación que yo necesitaba era increíblemente costosa, y en el año 93, aún no se realizaban ese tipo de cirugías en mi país, la única manera de salvar mi vida era entonces, ir a los Estados Unidos, convencer a los doctores que me operaran "de choto", y por si no fuera suficiente, ver de qué manera también costearan los gastos del vuelo, y la manutención del tiempo que tuviera que estar allá, en recuperación.

Aunque pareciera utópico, una ONG conoció mi caso, y decidió salvarme la vida. Mi mamá y yo viajamos a los estados unidos, nos hospedamos en un remolque sencillo, pero con todo lo necesario, junto con otras tres madres de diferentes naciones, y sus hijos, casos muy similares al mío.

Mi situación se complicó, y no fue necesaria una, sino tres cirugías... aún no comprendo cómo mi pequeño y desnutrido cuerpo soportó tanto, pero lo hizo.  ¿Se imaginan la angustia de mi madre?, encontrándose sola, en un país extranjero donde no conocía a nadie, y dónde los médicos ni siquiera hablaban su mismo idioma, pensando que muy probablemente, su hija no saldría del quirófano con vida.

No sé como, pero Dios no se olvidó de nosotras... a los meses, estaba de vuelta en mi casa, con una enorme cicatriz en mi pecho y un marcapasos dentro de mi cuerpo, pero viva, y relativamente sana. Hasta el día de hoy (y por el resto de mis días) llevo mi cicatriz, y aunque estéticamente no es de mi agrado, la llevo con orgullo, me recuerda que Dios siempre está conmigo, me recuerda que soy un milagro, y que mi madre es una guerrera.

Crecí sana, y no tuve más complicaciones. Sin embargo con los años y con el desarrollo de mi razonamiento, me daba cuenta de que los otros niños tenían algo que yo no... 

A la mayoría los iba a traer un hombre, generalmente vestido de saco y corbata, al que ellos llamaban papá.  A mi me iba a recoger siempre mi tío y mi abuela,  pero mi tío con camisetas y deportivos no se parecía en nada a esos hombres, y yo no le llamaba papá, sino tío.

Con los años comprendí que yo no tenía un papá, y que no debía de preguntar por él, así que no volví a mencionar el tema, sin embargo el vacío permanecía ahí... algo que siempre odié en el colegio era la celebración del día del padre, me avergonzaba mucho no tener a quién hacerle ningún detalle, al principio dedicaba las cosas a mis tíos, pero llegó un momento en que ya no me sentí cómoda con eso... si yo no tenía un padre, entonces no tenía por qué hacer nada de esas tonterías.

Mi corazón se llenó de odio y amargura, creo que cuando una persona se siente rechazada y abandonada, eso termina pasando, convertimos el dolor en odios y sentimientos oscuros. 

Cuando tenía siente años, mi mamá conocío a un hombre... todo fue muy rápido,  me compraron un vestidito blanco, con listones color esmeralda, y un sombrero a juego. Me pusieron medias blancas, y unos zapatitos de charol, blancos también. 

Se casaron, y yo aún no lograba asimilar muy bien las cosas. Después de la boda, mi mamá empacó sus cosas de la casa de mi abuela, en dónde habíamos vivido siempre, y se marchó. Creí que ella también me había abandonado, y mis resentimientos y odios se intensificaron más que nunca, pero mi abuela y mi tía, quienes vivían conmigo, me repetían todos los días que "ella pronto vendría por mi."

Y así fue... ahora que lo pienso, probablemente no pasó ni una semana, pero para una niña tan pequeña que depende completamente de su mamá, pareció una eternidad.

Empaqué mis cosas, y nos subimos al auto de aquél hombre de bigote chistoso y gafas, al que yo apenas conocía... nos fuimos. 

Creo que jamás había viajado en automóvil durante tanto tiempo, sentí que nos mudábamos de país.  Cuando llegamos a la nueva casa, me mostraron mi habitación... nunca había dormido sola hasta entonces, siempre había compartido la habitación con mi mamá, o con mi abuela.

Las primeras noches no dormía, por el miedo y esa rara sensación de encontrarme en un lugar extraño, al que definitivamente no sentía como un hogar. Tenía ese impulso de correr a la cama de mi mamá en las noches, y abrazarme a ella, pero entonces recordaba que ella no estaba sola, y lo que menos quería era hacer enojar a ese hombre, completamente desconocido para mi.

Y de pronto, la habitación conjunto a la mía, estaba decorada con motivos de niño, muñequitos pegados en las paredes, cortinas azules, y una vieja cuna blanca en el medio... iba a tener un hermanito.

Mi mamá fue al hospital, y me dejaron con la abuela un par de días, para cuando regresé, el niño ya estaba plácidamente durmiendo en su cuna. Era la cosa más asquerosa que había visto en mi vida... parecía tener un color rojo de piel, nunca abría sus ojos, a penas y tenía pelo, y lo peor de todo, su roja piel se despellejaba. 

Por fortuna, mi hermano no fue de esos molestos bebés que se la vivían llorando, rarísima vez lloraba, generalmente se la pasaba durmiendo.

Yo me refugiaba en mi cuarto, dibujando historias e inventando personajes, intentando vivir a través de mis dibujos, otra vida que no fuera la mía... una vida en la que yo fuera popular, y tuviera una linda familia, una vida en la que tuviera muchos amigos, y todo fuera perfecto. Pasaba horas y horas dibujando... mi mamá me regalaba los documentos viejos del trabajo que ya no ocupaba, y yo dibujaba en la parte en blanco de atrás. 

Fue en esa época en la que descubrí y desarrollé muchos de mis talentos... el dibujo y la escritura en especial. No tenía amigos, pero no sentía que los necesitara, mis historias eran mi refugio, y los personajes que había inventado eran mis mejores amigos.

Y así pasaron los años, fui creciendo, y acostumbrándome a mi nueva vida... la relación entre mi padrastro y yo jamás fue buena, y no porque él fuera mala persona, o mal sustituto de padre, pero creo que inconscientemente, todos los resentimientos y odios que había acumulado hacia mi padre durante tanto tiempo, los fijé en mi padrastro, la única figura paterna que tenía a mi alcance.

Mi hermano también creció, y hubiese querido que no lo hiciera... nos la vivíamos peleando.

Me mudé dos veces de casa, fuimos progresando. Comencé a asistir a los mejores colegios, y aunque hubo un tiempo en el que fui víctima de bullying, con la madurez y los años, llegué por fin a ser "una de las populares."

Hice buenas amistades, y comencé a sentirme segura de mi misma. Me convertí en líder de cualquier grupo al que llegaba, y siempre era la mejor en lo que hacía, a excepción de las matemáticas.

Mi mamá igualmente, progresó de paso en paso, y llegó a convertirse en una ejecutiva reconocida e importante dentro de la empresa en la que trabajaba. Fuimos teniendo acceso a mejores oportunidades, y mi hermano y yo nos acostumbramos a "siempre recibir lo mejor."

Muchos comenzaron a acercarse por interés, y aunque lo sabía, me gustaba ser "popular", y llegué a tener infinidad de falsos amigos. Me gradué del colegio, y decidí inscribirme en una universidad "exclusiva", en donde las apariencias parecían serlo todo. 

Mi promedio académico era un fracaso, de seis materias, con suerte iba pasando tres. Comencé a abusar de los privilegios que me había dado mi mamá... le exigía dinero simple y sencillamente para derrocharlo en noches de parranda, y el carro que me había dado para mantenerme alejada de la violencia y asaltos que se dan en el transporte público del país, se convirtió en el automóvil de toda la facultad. Solía faltar a clases, y escapar a la playa a menudo.

Comencé a tomar y a fumar, haciéndome bastante adicta a este último hábito.En mi casa la situación era insoportable, me la vivía peleando y gritándole a mi mamá, y a mi padrastro, y de vez en cuando me llevaba de encuentro a mi hermano. 

Comencé a deprimirme constantemente, y después de un intento de suicidio bastante fuerte, un psiquiatra diagnosticó que padecía un transtorno bipolar de la personalidad. Me compraban reguladores del ánimo carísimos, los comencé a tomar, sin embargo me dopaban tanto, que comencé a esconderlos, fingía tomarlos pero nunca lo hacía.

Mi vida iba peor que nunca, malas amistades, malos hábitos y una carrera universitaria que parecía jamás avanzar.

Y entonces de la nada, apareció un chico, que desde el primer momento me cautivó. Sin darme cuenta me enamoré, y el amor me hizo cambiar...

Nos hicimos novios, con el permiso de mi familia, claro está. 

Dejé los vicios y las malas amistades, me cambie de universidad y de carrera... comencé a sacar buenas notas, y a sobresalir nuevamente. Dejé de tomar mis medicamentos, y ya no volví a tener depresiones ni ataques suicidas. Las cosas en mi casa mejoraron, y comenzó a reinar la tranquilidad.

Y aunque las cosas no han sido perfectas, nunca me ha faltado nada, y siento que el futuro me sonríe. Es cierto, no tuve un padre, y probablemente debido a esa ausencia, muchas cosas se me complicaron, probablemente todo hubiera sido diferente, más sencillo, si él no se hubiera ido, si él se hubiera hecho responsable y hubiera decidido estar presente en mi vida, pero no fue así.

Sin embargo, me hice fuerte, y aprendí a reconocer el valor y la valentía de mi mamá... aprendí a valorar a las personas que sí valen la pena, y comprendí que no había razón para complicarme y desgraciarme la vida por un hombre cobarde, que jamás había hecho nada bueno por mi.

Aunque no tuve un padre, tuve y tengo una madre maravillosa, una abuela sobre protectora, y unos tíos que me quisieron y cuidaron como si fuese su propia hija. Tuve una maravillosa familia, extensa, divertida y muy unida. Tuve un padrastro que pese a todo, hizo lo mejor que pudo, decidió formar parte de mi vida y de mi crianza, y aunque no fue perfecto, lo intentó, y eso es mucho más de lo que cualquiera haría. Y finalmente, tuve un novio maravilloso, que me amó verdaderamente, y que estuvo dispuesto a soportar lo que fuera, con tal de verme feliz y sana... un novio que me encaminó, y aún lo sigue haciendo.

Tuve mucho más de lo que nunca esperé... me siento motivada y feliz con mi vida, y estoy dispuesta a afrontar cada reto que se venga, lista para encarar mi destino. Todo lo que he vivido, todo lo que he recibido... desde aquella ONG que un día decidió apoyarme y salvar mi vida, desde aquellos médicos que renunciaron a sus honorarios con tal de ver mi corazón nuevamente latir, cada persona que ha tocado mi vida, cada persona que ha hecho algo por mi... todo esto HA VALIDO LA PENA, y lo voy a demostrar.

Tengo mucho para dar. No tuve un padre, y creo que eso fue lo mejor que me pudo pasar en la vida.

(Mi familia en la actualidad, mi mamá, mi padrastro, mi hermano, mi novio, mi perrita y yo   )

-AdriannaRossi.-