Recuerdos y verdades.

Para bien o para mal, somos la consecuencia de nuestras acciones.

Como muchos aquí, me encuentro de vacaciones de fin de ciclo, ¡benditas y codiciadas vacaciones!, aunque ya se me acaba la vida buena, porque este lunes comienzo de nuevo mis clases; Claro, no vine a hablarles sobre lo desdichada que me siento ante esta realidad, sino sobre algo mucho más interesante, o por lo menos eso espero.

Ya saben, en tiempo de vacaciones, el ocio, y una computadora con acceso a internet, son nuestros mejores aliados. Esta mañana, buscando algo en qué entretenerme, recordé una vieja página social que tenía hace unos años, el olvidado, pero en su tiempo muy popular "Metroflog." 

Metroflog era una especie de red social, que básicamente se dedicaba a alimentar tu ego. En realidad, todo se limitaba a subir fotos, y esperar a que los demás te las comentaran... entre más comentarios tenías, mayor popularidad ganabas, y conforme aumentaba tu popularidad, tu límite de fotos diarias iba aumentando. En lo personal, llegué a tener hasta seis fotos diarias, y eso ya me parecía una barbaridad. En aquellos días, sinceramente me sentía todo una celebridad... bueno, ahora peleando con mi memoria, logré recordad mi user y mi contraseña, y pude entrar nuevamente a mi cuenta (que para mi sorpresa se mantenía intacta), y vaya que se me cruzaron muchas cosas por la cabeza.

Al mirar todas esas viejas fotografías, me reí de mi misma. Fotos con ediciones que caían en lo rídiculo, una saturación excesiva de stickers y decoraciones, mensajes y reseñas redactadas de una manera muy pobre, en las cuales sustituía las S por Z, las Q por K, y las Y por I... y una peculiar tendencia a escribir intercalando mayúsculas y minúsculas, en fin, si vieran eso, les aseguro que serían incapaces de creer que algún día esa niña escribiría como lo hago ahora.  Todo esto sin mencionar las enfermizas y tontas muecas, gestos, y poses que hacía para fotografiarme...

Sí, aunque me avergoncé un poco, no pude evitar sentir nostalgia, y recordar gratos momentos de mi pasado, y esa melancolía pudo más que mi vergüenza... descargué muchas de esas fotografías e hice un álbum en facebook, sólo porque sí, con ganas de recordar, y evidenciar la manera en la que mis amigos y yo hemos cambiado con el transcurso del tiempo, no sólo física, sino también emocionalmente.

A veces me miro en el espejo, y por más que busco encontrar algún cambio en mi, no lo veo... siento que sigo siendo la misma niña de hace tres o cinco años atrás, sin embargo, al mirar fotos de ese entonces, se me ha volcado todo, y la realidad me ha golpeado en la cara: ¡vaya que he cambiado!, y aunque estoy en una edad codiciada, los años si han pasado por mi, no soy inmortal, y no me sé el secreto de la eterna juventud. Ahora parezco menos niña y más mujer, y aunque aún suelo hacer ciertas locuras a la hora de fotografiarme, siempre termino optando por una sonrisa cálida, y una postura más "normal."

A todos nos cae bien recordar de vez en cuando, mirar fotografías, leer escritos o mensajes de años atrás... es parte de auto descubrirnos, saber de dónde venimos, y cómo hemos ido cambiando, evolucionando, creciendo y madurando. Nos avergonzaremos de muchas cosas de nuestro pasado, porque sí, somos humanos e imperfectos, hemos cometido más errores de los que nos habría gustado, pero lo hecho está hecho,  y es esa combinación de andanzas y mal andanzas, las que nos han convertido en lo que ahora somos, para bien o para mal, somos la consecuencia de nuestras acciones.

En lo personal, estoy orgullosa de la persona en la que me he convertido... ¿Y ustedes?

-AdriannaRossi-