Hoy tengo ganas de ti.

Te llevaré al cielo, y me iré contigo.

Me desperté con el deseo de tus labios y tu piel... con esas ganas infrenables, con ese instinto sexual que de repente nos invade como personas. Me desperté y quise tenerte, así, desnudo frente a mi, quise poseerte, hacerte mío, y volverme parte de ti, una extensión de tu cuerpo, conectada no sólo por la carne, sino por el corazón.

Desee con todas mis fuerzas que te aparecieras en mi cama, y que sin pensarlo dos veces, me hicieras el amor, de esa manera que sólo tú sabes hacerlo, de esa manera tan tuya, tan nuestra... robándome el aliento a puros besos, sacándome suspiros con cada caricia, gimiendo por el placer que produce tu cuerpo, al ponerse en contacto con el mío. Desee poder probar tus labios, aferrarme a tu espalda, que mis dedos se perdieran en tu pelo, y mis ojos sucumbieran ante la profundidad y belleza de tu mirada. Quería decirte te amo, en un grito susurrado hasta tu oído, morderte tiernamente, y hacer vibrar cada pequeña fibra de tu ser. 

Quería que no importara nada, que nos perdiéramos en las ganas, en nuestro amor apasionado, en nuestro deseo derrochado... besar hasta el más mínimo rincón de tu piel, recorrerte de pies a cabeza, y notar como tu cuerpo respondía a mis estímulos, hacer gala de ese don, de ese poder que tengo yo sobre tu carne, y tu alma.

Hoy tengo ganas de ti, tengo una sed insaciable de tus labios, y una necesidad inexplicable, pero desesperada de tu cuerpo, de tus manos. Necesito que me acaricies, que me hagas sentir tu mujer. 

No, no quiero sexo; Quiero que nuestras almas se encuentren a través de la fusión de nuestros cuerpos, quiero que me ames como nunca, quiero que seamos una sólo, en cuerpo, mente, alma y corazón. Quiero que me ames, y yo amarte, unirnos en el acto más profundo, sincero y divino, plagados de amor, ternura, y vulnerabilidad... quiero desnudarme ante ti, más no quiero desnudar mi cuerpo, quiero deshojar capa a capa mi alma, y mi corazón, que me veas tal cual soy, frágil y vulnerable, amándote como sólo yo lo puedo hacer, como nunca nadie más te amará.

Te llevaré al cielo, y me iré contigo, será un despegue lento y tierno, y tendremos ganas de más... Iremos, y vendremos amor mío, para después, fundirnos en un solo y eterno abrazo, yo aferrada a ti, descansando sobre tu desnudo pecho, y tú, cuidando de mi, protegiéndome entre tus brazos, hasta que sea tarde, hasta que no haya más.

Déjame sentirte, y sentirme tuya... hoy tengo ganas de ti, ganas de tu amor.

-AdriannaRossi-