No es maestro el que trasmite conocimientos. Lo es, quién posibilita que el otro los construya. Es maestro, el que logra que sus dirigidos comprendan sus orientaciones, las hagan suyas, las modifiquen de acuerdo a sus propios pensamientos y sensaciones; entonces serán capaces de llegar por si mismos a la meta anhelada por él.
¿Recuerdan sus inicios académicos? Sí, cuando no eran más que pequeñas, indefensas e inocentes criaturas, que lloraban desconsoladamente en la entrada del jardín de niños al tener que separarse de sus padres.
¡Yo recuerdo muy bien esos días! Mis inicios en la vida y el martirio de no estar cerca de mi madre, aunque fuese solo por unas cuantas horas , para un infante de tan tierna edad, no deja de ser una eternidad.
Pero con el pasar de los días, nos fuimos acostumbrando a la rutina, a la idea de que nuestros padres se iban, pero que siempre volvían por nosotros ... no era abandono; Y entonces buscamos consuelo en aquél destinado a convertirse en nuestro modelo a seguir, nuestro sujeto de admiración al encontrarnos lejos de nuestros padres, aquél ser lleno de sabiduría, de amor y comprensión, aquél ser que daba mucho, y poco pedía a cambio, aquél ser al que seguramente, muchas veces en la confusión de nuestra pequeña mente llamamos papá ó mamá ... ¿De quién estoy hablando? ¿quién es semejante y maravilloso ser? no hay mucho que pensar, sé que ustedes ya lo han adivinado, les hablo del maestro.
¡Tan noble y respetable profesión! un rol repleto de humildad y grandeza, de suavidad y firmeza ... ¡así tiene que ser esta hermosa profesión!
El maestro es una de las primeras luces en el camino de la vida de un niño, un maestro está destinado a convertirse en ejemplo y guía de un niño, en un segundo padre ó madre; ¿Se imaginan semejante responsabilidad?
Quizás hoy en día, la profesión del maestro es, hasta cierto punto menospreciada ... se le valora, pero no con el auge que debería.
Tomemos un momento para hacer memoria, remontarnos a nuestra infancia , intentemos visualizar aquél ó aquella maestra que marcó nuestra vida, que se convirtió en nuestro modelo, e incluso para algunos, en nuestro amor platónico ¿o no? ¡Yo sé que a muchos les pasó!
Pero ¿para qué decir más? no es necesario, ya que en el fondo, todos sabemos reconocer el amor, el respeto y la inspiración que despierta un buen maestro en cada niño ¡verdaderos maestros apasionados por su profesión! ¡enamorados del arte de enseñar! entregados a los niños, comprometidos a compartir conocimiento con sus pequeñas, curiosas e insaciables mentes ...
Sí, así es un buen maestro.
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