"El dolor de perder a un ser querido es incomparable, pero al mismo tiempo esperado: todos sabemos que algún día moriremos, sabemos que aquellos a los que amamos morirán"
En El Salvador (y en muchas otras partes del mundo) tenemos la costumbre de celebrar cada 2 de noviembre "el día de los muertos"... aunque claro, lo de celebrar es relativo, porque en lo personal, no acostumbro a hacer una fiesta propiamente dicha para los difuntos de mi familia, aunque sí, hay personas con costumbres un poco más excéntricas y lo hacen.
El 2 de noviembre por lo general los cementerios de nuestro país se ven como feria: vendedores de tostadas, paletas, panes, gaseosas, y todo lo que puedan imaginarse. Arreglos florales a la venta en las entradas de los panteones, niños mochileros, ofreciendonos "enchular" la tumba de nuestros difuntos, y claro, familias completas sentadas al rededor de la última morada de sus seres queridos.
Cualquiera diría que el día de los muertos (o día de los santos difuntos) es un día triste, y no lo niego, hay cierta melancolía, porque es en esta fecha en la que más se recuerda a esas personas que por uno u otro motivo, ya no están en nuestra vida, sin embargo, más allá de la nostalgía, el 2 de noviembre es un día feliz, por lo menos para mi. Mi familia acostumbra a reunirse muy temprano en el cementerio donde tenemos enterrados a nuestros familiares (mi abuelito, mi tío y mi primo), es común ver que mis tías lleven sombrillas y sillas, porque solemos quedarnos hasta pasado el mediodía, y claro, el sol a esas horas en un campo abierto no es nada amigable; Digamos que acostumbramos a hacer una especie de fiesta "de traje", unos llevan los tamales, otros las gaseosas, otros chocolate caliente, otros panes y así... el punto es desayunar y almorzar ahí, sentados junto a las tumbas de nuestros seres queridos, recordando los gratos momentos que vivimos con ellos, y contando anécdotas de todo tipo, y claro, dejamos el pedacito de terreno en el cual están las tumbas de nuestra familia "a reventar" de flores, con las lápidas muy bien pulidas, y la grama muy bien recortada... aunque sea algo simbólico, nos gusta pensar que mi abuelo, mi tío y mi primo, desde algún lugar nos ven, y se alegran de ver que "les limpien su terrenito", y probablemente se rian escuchando la gran algarabía de todos nosotros.
Creo que cada quien tendrá su manera de conmemorar a sus muertos en este día, eso es lo de menos; Lo que verdaderamente importa es eso: recordarlos. Probablemente algunos no podrán ir físicamente a "enflorar" a sus difuntos, pero creo que el verdadero valor de este día es recordarles, más que nunca, más que siempre. Recordar los momentos vividos, las risas compartidas; Tener la certeza que desde algún lugar en el cielo, ellos siguen velando por nosotros, vigilando cada paso que damos, y de una u otra manera, nos cuidan, nos protegen, no nos olvidan.
El dolor de perder a un ser querido es incomparable, pero al mismo tiempo esperado: todos sabemos que algún día moriremos, sabemos que aquellos a los que amamos morirán; Es la condena con la que nacemos: destinados a la muerte. Algunos se van antes de tiempo, y es difícil comprender las repentinas y prontas partidas, le preguntamos a Dios ¿por qué?, le reprochamos que nos haya quitado a esa persona, olvidando que Dios no nos puede quitar nada, porque todo, absolutamente todo es de él, y él tiene derecho a reclamarlo en el momento en que lo crea necesario.
Yo sé, parece injusto y cuesta entenderlo, pero si algo he aprendido en esta vida es que a Dios no se le debe intentar comprender, es imposible. Mejor creamos: creamos en que aquellos que se van de este mundo, lo hacen para descubrir un mundo mejor, donde no existe dolor, no existe muerte, no existe tristeza. Creamos en el paraíso, y en el reencuentro algún día con esos seres que ya han partido, no se han ido, simplemente se nos han adelantado.
-AdriannaRossi.-
Es completamente cierto. Pero los muertos, para este plano, lo están. Y cuando nos toque ir al otro mundo, sabremos que hay más vida. Pero, mientras tanto, a jaranearnos aquí. Hoy es mi cumple. Y tu blog está muy bien creado. Me inspira. Fíjate que desde el primer segundo que accedí aquí, me enganché. Éxitos, Adrianna Rossi.
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EliminarRenzo, gracias por leerme, y me alegra mucho que el blog sea de tu agrado, por cierto ¡feliz cumple años! que la pases de maravilla.
Yo no temo a mi muerte, pero lloro como un niño de pensar en la muerte de las personas que amo. No me gusta hacer las cosas según el “feriado”, le da un aire muy comercial a determinadas fiestas, voy al cementerio días antes o después, pero no el mismo dia. Yo no recuerdo mucho en el dia de los muertos, lo hago en navidad o año nuevo en los cumpleaños. Coincido contigo, lo mas importante es recordarlos!!
ResponderEliminarGary, hasta cierto punto tienes razón, como decía en mi entrada, los cementerios en esta fecha parecen feria, y no cabe duda, hay mucho comercio trás esta festividad.
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